En torno al fuego del hogar nos reunimos, nos calentamos, soñamos, esperamos...
En torno al fuego del hogar nos sentimos a nosotros mismos y nos acercamos a nuestra madre, a nuestro padre, a nuestros hermanos, a los que nos conocen y a los que conocemos.
El fuego del hogar nos conforta y nos sosiega en un tiempo de cambios frenéticos y en los que la verdad parece efímera y se metarmofosea.
El fuego del hogar crepita y nos recuerda que aún no estamos muertos.